El cuento navideño más famoso

cuento-de-navidadPor: Pr. Salvador Dellutri

De todas las historias que se han tejido sobre la Navidad ninguna tan famosa como Canción de Navidad del novelista inglés Charles Dickens. Se realizaron infinitas reediciones de la historia original y se efectuaron adaptaciones para la radio, el cine y la televisión. Hasta Walt Disney se sintió cautivado por la historia y la convirtió en un divertido y memorable dibujo animado.

Dickens nació el 7 de febrero de 1812 en el seno de una familia pobre, y las penurias económicas signaron su niñez y adolescencia. Los recuerdos, buenos y malos, de ese período aparecen en todas sus obras.

Comenzó su labor literaria como reportero, se hizo conocido como escritor de ficciones con El club de Pickwick y logró la consagración final con obras como Oliver Twist, Nicholas Nickleby, Historia en dos ciudades y David Copperfield convirtiéndose en el escritor más importante de la época victoriana. Sus novelas, tal como se acostumbraba en aquel tiempo, aparecían por entregas en los periódicos ya que la edición en libros no estaba al alcance de todos; esto le dio una inmensa popularidad que rápidamente se extendió más allá de las fronteras de su patria.

Cada año escribía un cuento navideño, entre ellos Canción de Navidad, un relato fantástico breve en el que plasmó caracteres inolvidables. Con hábiles pinceladas hace una síntesis de los estragos producidos por la revolución industrial, promotora de la avaricia, que concentraba la riqueza en manos de unos pocos  generando pobreza y miseria para el resto de la población.

La historia comienza en vísperas de la Navidad y contrasta la pobreza y desventura de la familia Cratichit con la avaricia del desalmado Ebenezer Scrooge. Sobre este marco se desata la desbordante fantasía de Dickens y desarrolla una fábula que resultó insuperable aún para el mismo autor.

¿A qué se debe que este relato sea tan famoso y cautive a generación tras generación? Además de su brevedad y las características del estilo, que lo hacen ameno y hasta divertido, encierra la historia de una redención. El avaro Ebenezer Scrooge, terco e irascible, recibe alternativamente la visita de tres espíritus: El de la Navidad pasada, la Navidad presente y la Navidad futura. Como un privilegiado espectador contempla de un pantallazo toda su vida  tomando conciencia  la degradación que le produjo el amor al dinero y el triste destino que lo aguarda. La transformación final es el resultado de todo ese proceso que, narrado en clave mágica, parece un cuento gozoso pero es en realidad una simple y profunda reflexión sobre el sentido de la vida.

Vivimos en un tiempo signado por la violencia, el egoísmo y la falta de solidaridad; contemplamos asombrados la pérdida de valores, el empobrecimiento moral, intelectual y espiritual de nuestra sociedad y nos va ganando el pesimismo. Pero al culminar el año, como una manifestación anacrónica, volvemos a oír las campanas que nos anuncian la Noche de Paz.

¿Qué sentido tiene para nosotros esta Navidad? ¿Por qué detenernos ese día para proclamar un amor que se halla ausente, una solidaridad utópica y una paz cada vez más esquiva? Si silenciamos nuestra alma y nos detenemos podremos escuchar el mensaje de la Navidad donde el cielo se acerca hasta nosotros para decirnos que estamos alienados en el presente, absorbidos por problemas siempre urgentes y nos hemos olvidado de reflexionar sobre el pasado y el futuro.

Y sin embargo tenemos que hacerlo, porque como Scrooge hemos perdido nuestros valores del pasado, nos estamos debatiendo en el egoísmo y la falta de solidaridad en el presente, y nos negamos a ver, tal vez por miedo, el abismo que se abre en nuestro futuro.

Esta Navidad tendría que servirnos – como le sirvió a Scrooge – para revalorizar el mensaje de Jesús, que siendo Dios se despojó a sí mismo, se alojó en el vientre virginal de María, nació en un pesebre, se identificó con los desheredados y se entregó por nosotros en la cruz. Tendríamos que esforzarnos por comprender el hondo y espiritual mensaje de Belén, esa pequeña e insignificante aldea en que misteriosamente Dios se hizo hombre para limpiarnos de nuestras miserias, hacernos retomar los verdaderos valores, abrir nuestros ojos ante la necesidad del prójimo y darle a nuestra vida un rumbo y una esperanza diferente.

Entonces se hará realidad aquel antiguo mensaje que dice: “Paz en la tierra, buena voluntad para con los hombres”

 

2 comentarios sobre “El cuento navideño más famoso

  1. No cabe duda que este tiempo de Navidad se presentan diversos comentarrios de todo los colores.Pero si creo que es una buena oportunidad para presentar a Jesus y el proposito de su encarnacion.Todo cristiano esta llamado a llevar el mensaje de Salvacion a un pueblo mercantilista,que ha perdido la brujula que anda a tientas en medio de la oscuridad.

  2. me parece que traer en tiempos actuales, obras que se escribieron en tiempos pasados, nos indican claramente que parece que todo lo hemos perdido, o en el mejor de los casos extraviado, la inflamación de las perversidades del hombre moderno, enamorado de si mismo, despreciador de los ejes que planteaban y proponían los megarelatos, nos obligan a darle sentido a la vida a partir del amor de nuestro único Dios, que nos dió a su hijo Jesucristo para salvación y recordar su venida para habitar en nosotros y llenarnos de su gracia, nos potencialisa a superar nuestra miserable existencia, reafirmar el amor a los demás, investirnos de humildad y de edificar una vida mas llena de esperanza…que la navidad no sea una cuestión de tiempos, fechas, regalos, sino el proceso de admitir el amor de dios…bendiciones y votos por una fe renovada

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