El sentido de la vida

Hace poco más de cien años, el 23 de marzo de 1905, nacía en la ciudad de Viena Viktor Frankl, padre de la tercera escuela vienesa de psicología.Su primera tarea fue en una sala hospitalaria dedicada a asistir a mujeres que habían intentado suicidarse

Hace poco más de cien años, el 23 de marzo de 1905, nacía en la ciudad de Viena Viktor Frankl, padre de la tercera escuela vienesa de psicología.

Su primera tarea fue en una sala hospitalaria dedicada a asistir a mujeres que habían intentado suicidarse y posteriormente, cuando el nazismo estaba en franco ascenso, fue designado como Jefe del Departamento de Neurología del Hospital Rothschild.

Un hecho fundamental y decisivo en su vida fue la deportación, con toda su familia, a los campos de concentración nazis. Estuvo prisionero en cuatro lugares diferentes, incluyendo Auschwitz, y tuvo oportunidad de observar a la naturaleza humana en toda su desnudez y allí desarrolló su revolucionaría teoría: la logoterapia.

Perdió a todos sus seres queridos, pero él logró sobrevivir. Retornó a Viena en 1945 e inmediatamente fue designado como Jefe del Departamento de Neurología del Vienna Polyclinic Hospital, cargo que mantendría durante 25 años.

La logoterapia (del griego “Logos” que, entre otras cosas, significa “sentido”) es una terapia que avanza más allá de Freud 7 Adler. Freud sostiene que la pulsión del placer es la raíz de todas las motivaciones humana y Adler enfatiza  la voluntad de poder. Frankl, luego de sus observaciones hechas sobre personas en situaciones límite, sostiene que las motivaciones humanas se originan en su voluntad de sentido. Hace girar la psicología ciento ochenta grados para enfocar el problema humano no en el pasado, sino en el futuro. Dice al respecto: El hombre tiene la peculiaridad de que no puede vivir si no mira al futuro. Y esto constituye su salvación en los momentos difíciles de su existencia, aun cuando a veces tenga que aplicarse a la tarea con sus cinco sentidos.

El Dr. Frankl solía preguntar a sus pacientes, luego de escucharlos quejarse por sus padecimientos, “¿Por qué no se suicida?” Les planteaba así lo que Albert Camus considera como el problema filosófico fundamental: el suicidio, es decir si la vida vale o no la pena ser vivida. El impacto de la pregunta hacía emerger en los pacientes aquellas cosas que constituían su anclaje en la existencia. Sobre esa base el Dr. Frankl comenzaba a urdir el sentido que la vida tenía para su paciente. Nitszsche decía que “quien tiene un por qué para vivir encontrará siempre el cómo”

La dura experiencia en el campo de concentración, la pérdida irreparable de toda su familia y la aguda percepción del hombre de ciencia convergen en el desarrollo de su pensamiento. La obra fundamental de Frankl, que escribió  más de treinta libros sobre análisis existencial y logoterapia, es “El hombre en busca de sentido”. Señala en la introducción: “Un psicólogo en un campo de concentración. No se trata, por lo tanto, de un relato de hechos y sucesos, sino de experiencias personales, experiencias que millones de seres humanos han sufrido una y otra vez. Es la historia íntima de un campo de concentración contada por uno de sus supervivientes. No se ocupa de los grandes horrores que ya han sido suficiente y prolijamente descritos (…) pretende dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo incidía la vida diaria de un campo de concentración en la mente del prisionero medio”

De la observación rescata que el hombre elige libremente su conducta moral; en cada caso concreto decide por si mismo el rumbo que va a tomar. Pero acota “La libertad, sin embargo, no es la última palabra. La libertad es una parte de la historia y la mitad de la verdad. La libertad no es más que el aspecto negativo de cualquier fenómeno, cuyo aspecto positivo es la responsabilidad. De hecho, la libertad corre peligro de degenerar en una nueva arbitrariedad a no ser que se viva con responsabilidad. Por eso yo recomiendo que la estatua de la Libertad en la costa este de  EEUU se complemente con la estatua de la  Responsabilidad en la costa oeste.”

Finaliza refiriendo las conclusiones de su observación en el campo de concentración:
“… en aquél laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, observábamos y éramos testigos de que algunos de nuestros camaradas actuaban como cerdos mientras que otros se comportaban como santos. El hombre tiene dentro de sí ambas potencias, de sus decisiones, no de sus condiciones depende cual de ellas se manifieste.
Nuestra generación es realista, pues hemos llegado a saber lo que realmente es el hombre. Después de todo, el hombre es ese ser que ha inventado las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza erguida y el Padrenuestro o el Shema Israel en sus labios.”

Salvador Dellutri

2 comentarios sobre “El sentido de la vida

  1. Aveces nos quejamos de la forma en como vivimos, de las experiencias que tuvimos de ayer y del hoy . Nos quejamos por todo sin saber que hay , hubo y habrá personas con dolores más intensos que sufren a diario y luchan por su existencia. Hay que valorar más lo que se tiene y darle gracias a Dios por todo.

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