El aborto en una sociedad líquida

Presentación ante la Comisión Especial de la Cámara de Diputados de la República Oriental del Uruguay con la finalidad de tratar los proyectos vinculados a la Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Por: Lic. Esteban D. Larrosa

Sociólogo, en representación de RTM Uruguay – 22 de Agosto, 2012

Una de las preguntas fundamentales que se hace la sociología es: ¿Qué mantiene unidas a las personas viviendo en familias, grupos y sociedades?

Zygmunt Bauman, sociólogo polaco, ha definido a nuestra era como “Modernidad Líquida” en que los vínculos sociales han dejado de ser sólidos.

Los fluidos se desplazan con facilidad. «Fluyen’, «se derraman», «se desbordan», «salpican», «se vierten», «se filtran», «gotean», «inundan», «rocían», «chorrean», «manan», «exudan»; a diferencia de los sólidos no es posible detenerlos fácilmente -sortean algunos obstáculos, disuelven otros o se filtran a través de ellos,  empapándolos-, Emergen incólumes de sus encuentros con los sólidos, en tanto que estos últimos -si es que siguen siendo sólidos tras el encuentro- sufren un cambio: se humedecen o empapan. (Bauman, p. 8).

Y Bauman señala que ésta es la condición de la era actual y que la liquidez es una “metáfora adecuada para entender todo lo que está ocurriendo en ella”. De hecho la modernidad ha sido un proceso de licuación constante de buscar “derretir los sólidos” para lograr cambiar moldes sociales tradicionales muy arraigados. Eso surge claramente con el nacimiento del humanismo, a partir del movimiento renacentista.

Esta idea de Bauman no es nueva, “‘Derretir los sólidos’ es una frase acuñada hace un siglo y medio por los autores del Manifiesto comunista, con la cual se referían a una sociedad que encontraba demasiado estancada para su gusto y demasiado resistente a los cambios ambicionados, ya que todas sus pautas estaban congeladas” (p.9).

Más tarde en el siglo XX, aparece Kurt Lewin (otro polaco) quien como analista organizacional dice que para producir el cambio en las empresas hay que en primer lugar descongelarlas, una vez que están en estado líquido darle la nueva forma que se busca establecer y luego solidificar la nueva conformación. Esta idea la toma y la aplica hace pocos años en sus 8 pasos para el cambio organizacional el Prof. John Kotter de la universidad de Harvard.

“Recordemos, sin embargo, (dice Bauman) que todo esto no debía llevarse a cabo para acabar con los sólidos definitivamente ni para liberar al nuevo mundo de ellos para siempre, sino para hacer espacio a nuevos y mejores sólidos; para reemplazar el conjunto heredado de sólidos defectuosos y deficientes por otro, mejor o incluso perfecto, y por eso mismo inalterable” (p.9)

Así que tenemos a un sociólogo, un filósofo, un psicólogo y un experto en empresas y organizaciones afirmando que la liquidez no puede ser el estado permanente de una sociedad, sino que debe ser no más que un estado transitorio para establecer nuevos y mejores sólidos para generar vínculos que nos unan de una manera más apropiada.

Sin embargo, el siglo XXI nos encuentra que hemos derretido todos los sólidos y ahora nadie haya como solidificar los vínculos entre las personas, volviéndose la cohesión social muy inestable, con familias líquidas, amor líquido y sociedades líquidas en que lo que no hay es cohesión, sino conflicto, volatilidad, relaciones impersonales y virtuales en los que el valor de la vida no tiene más medida que el de la utilidad en pro de la satisfacción personal. Por ello, es que no es de extrañar que un encuestado conteste que cuando un vínculo o relación comienza a molestar “uno siempre puede oprimir la tecla ‘suprimir’.”

Ese es el caldo de cultivo en el que aparece el tema del aborto, en la modernidad líquida como le gusta calificar a Bauman. En un mundo con grupos competitivos, contrastantes que entran en conflicto, que se presentan en la escena social con visiones de la vida que compiten entre sí para imponerse al otro, pues la búsqueda actual no es la del consenso social o el pacto social como prometía la modernidad sino el de imponerse al otro en esos “juegos de poder” para sortear obstáculos e imponer una visión particular del mundo sobre los otros.

Por ejemplo, luego que el aborto llegó a ser legal en 1973 en los EEUU, la mayoría de los observadores, dice el Sociólogo norteamericano James M. Henslin, “asumieron que el problema social estaba terminado – y que los oponentes del aborto se tranquilizarían.” Sin embargo, hasta grupos con visiones religiosas divergentes se unieron para generar una oposición activa contra el aborto, los grupos pro-abortistas siguen agregando reclamos y pidiendo nuevas medidas legislativas, sumando más elementos conflictivos, llegando ya casi a 40 años de batalla constante en la vía pública, ante las cortes, medios de comunicación y el tema no se detiene, sino que se vuelve cada vez más conflictivo y tensionante.

Y es de esperar que al igual que en el resto del mundo, el problema del aborto, ante una legalización o despenalización en Uruguay no llegue a generar consensos sociales sino que produzca más liquidez y volatilidad en los vínculos entre grupos con visión diferente y conflictiva. Es más ustedes lo han visto, cada vez que se anuncia la discusión de un nuevo proyecto de ley más grupos organizados se presentan para argumentar en una u otra posición y con visiones cada vez más radicalizadas.

Anthony Guidens, sociólogo británico, expresa que estos “movimientos sociales” que tienen como objetivo la reforma (no la transformación social) de un aspecto específico están confrontados porque no desean analizar el debate de fondo en el que podrían encontrar acuerdos y construir soluciones. Vemos entonces que las propuestas legislativas no parten de acuerdos sino de la imposición de una de las dos visiones detrás de las cuales se alinean los diferentes actores (grupos de lobby). No he visto disposición, o al menos no se hace pública la voluntad, de realizar el ejercicio y el esfuerzo para sentarse a dialogar con quien está en la vereda de enfrente para ver en qué cosas estamos de acuerdo respecto al valor de la vida, carácter sagrado en ambas posiciones, pero focalizando su visión por un lado en el niño por nacer y en el otro en los derechos de la mujer. Siendo que se radicalizan las posiciones de esa manera y que la legislación propuesta continúa siendo funcional a esa ideologización confrontativa, tampoco contribuye a la búsqueda de consensos sino a la imposición por medio del ejercicio del poder de una de las posiciones, no conciliando sino echando más leña al fuego de un problema que se extenderá interminablemente en el tiempo.

Es por eso que la sociedad liquida que permite deshacer los sólidos del ayer encuentra a un hombre más autónomo pero más solitario, paradójicamente más confrontativo y que el principio de Jesucristo del amor al prójimo que le daba un contexto integrador y de cohesión social, fundamento de la vida civilizada y de la moral de occidente, se ha traducido en temor, xenofobia e intolerancia (Guido Vespucci, Revista Argentina de Sociología, 2006).  Cada vez nos encerramos más, vemos al otro como un enemigo al que hay que derrotar en una suerte de exterminio del oponente al que no vemos como prójimo sino como un ente al que hay que o asimilar a nuestra cultura, neutralizarlo o eliminarlo. Sin embargo, al igual que Bauman no pierdo la esperanza que podamos revertir la deshumanización de procesos como estos que estamos viviendo, enfatizando la necesidad de encontrar los sólidos que nos ayuden a responder la pregunta que formulaba al principio. Como cristiano tiendo la mano a esta Comisión para ser un agente generador de entendimientos partiendo del hecho que todos somos criaturas de Dios, desde el niño concebido en su primer día en el vientre de la madre, la mujer con todos sus derechos y problemáticas, los movimientos sociales y los legisladores que sinceramente buscan dar respuestas para construir una sociedad más solidaria e integradora ante una realidad que se lleva al día de hoy a miles de uruguayos antes que lleguen a nacer.

Esteban Larrosa

Montevideo, 22 de agosto de 2012

7 comentarios sobre “El aborto en una sociedad líquida

  1. Me interesó mucho el comentario porque estoy en el grupo CEMUR, grupo provida, en contra del aborto.
    Realmente es muy gráfico el sociólogo Bauman, al referirse a estos tiempos como una «sociedad líquida»; si pensamos en las múltiples características propias de los líquidos quedan explícitas las consecuencias que tendrán todas las decisiones y cambios que se hagan actualmente teniendo como base argumentos y valores tan facilmente «movibles». Bendiciones.

  2. hola hermanos de tierra firme me gustaría saber por que no encuentro en los programas sobre Ernesto Sabato la primera parte ,solo esta la segunda parte
    por favor si me dijeran estaría muy agradecida
    y por favor si hacen un programa acerca de los ayunos quisiera saber su opinión
    ya que en mi iglesia es prácticamente obligatorio ayunar durante 3 días para ser participe o ayudar en la iglesia y una hermana tiene anemia y el doctor le echo la culpa a los exagerados ayunos que hacia debido a que ella pertenece a la junta de la iglesia.

  3. Cuando fundamentamos nuestros senderos en la vida, basados en los razocinios humanos y no en la voluntad de Dios, emprendemos el inicio de nuestro fin.

  4. Cada día veo más injusticias , la verdad es que Dios debe de estar exhausto con las decisiones de la gente. Lo primordial es la vida como eje fundamental de nuestro mundo. No se en que iremos a parar lo único que tenemos que hacer como cristianos es unirnos en oración para que no haya más decisiones absurdas, que nos quitan en cierta forma el verdadero precio de SERES HUMANOS.

  5. Y qué se puede decir??
    Me encanto.!!.. las metáforas…. forma , contenido, mensaje…
    y esa frase casi al final que copio porque lo merece:
    «Cada vez nos encerramos más, vemos al otro como un enemigo al que hay que derrotar en una suerte de exterminio del oponente al que no vemos como prójimo sino como un ente al que hay que o asimilar a nuestra cultura, neutralizarlo o eliminarlo. Sin embargo, al igual que Bauman no pierdo la esperanza que podamos revertir la deshumanización de procesos como estos que estamos viviendo, enfatizando la necesidad de encontrar los sólidos que nos ayuden a responder la pregunta que formulaba al principio.»

    Muchas bendiciones al Lic. Esteban Larrosa !
    ¿Cómo se nota que esta sabiduría les viene de arriba!! junto al Pastor Dellutri, a Ezequiel Dellutri….creo que estoy comprendiendo el porqué se llama «Tierra firme»..como se dice comunmente??
    «La tienen clara»!!!
    Creo que este año se viene una buena cosecha!!!!!!!!!!!!!

    Excelente, muchas gracias!!!!!!!!!!!!!!

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