El pastorado en otros años era sinónimo de ética, respeto y buen nombre. Sin embargo, de un tiempo a esta parte ha pasado a ser víctima de suspicacias, agravios y juicios generalistas por parte de muchos. ¿Qué postura debemos tomar ante este gran problema? Le invitamos a escuchar la opinión de Salvador Dellutri sobre este tema en Tierra Firme.
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Buenos días ;
Desde aprox. el año 1993, en una » Iglesia evangélica » en mar del plata, argentina, venía denunciando a » Pastores » sinvergüenzas, con elementos muy concretos de valoración. Me trataron de divisionista, falto de cordura, mentiroso y, por tanto, el » Pastor » de aquel momento, me invito, con palabras muy bíblicas, a marcharme. Desde aquel momento no he variado mi denuncia.
Hoy estoy en otro País, y veo con profunda tristeza lo que está ocurriendo, y lo que aún falta por acontecer.