Despedimos un año que culmina e iniciamos un nuevo período. Lo que más escuchamos son buenos deseos: «felicidades», «feliz año nuevo», «buen final, mejor comienzo». Se genera mucha expectativa, se hacen predicciones, se dan consejos, deseos y más. Pero la realidad es que nadie sabe lo que va a ocurrir; lo único que podemos saber del futuro es que es incierto, y aún así todos buscan una palabra de aliento y esperanza para el año que está comenzando.
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Me pareció impactante eso de «Son nuestras culpas las que nos quitan la paz…Necesitamos un redentor». Claro,la obra no parece proveer ninguno, pero sabemos quién es ese redentor.
Cansada y cargada.
Ciertamente solo en El podemos descansar y dejar todo aquello que nos preocupa o nos inquieta porque no lo podemos resolver.
Gracias queridos hermanos porque este programa me permite escaparme de todo aquello que ya no quiero oír, toda esa información que cansa. Aquí descanso. Me gusta mucho escucharlos y son mis compañeros en mi cocina.Me encanta la música que acompaña el tema. Y aunque lo tenga que repetir sinceramente feliz año. Que Dios los bendiga.