El ser humano no valora debidamente su libertad hasta que la pierde. La sociedad castiga a las persona que cometieron un delito privándolas de su libertad, admitiendo de esta forma que este es don muy valioso y que conservarlo es realmente una bendición. ¿Qué ocurre entonces con aquellas personas condenadas a pasar el resto de sus días en prisión? ¿Cuál tendría que ser realmente la función de estos lugares? ¿Deberían tener estas personas alguna posibilidad de redención judicial?
