La vocación

© Joaquín Salvador Lavado, QUINO.

Por: Salvador Dellutri*

Don Quijote de la Mancha, el loco genial que nos legara Cervantes, en uno de sus arrebatos afirma: Yo sé quién soy y lo que puedo ser. Estaba afirmando que conocía el sentido que tenía su vida, para qué estaba en el mundo, y el rumbo que debía tomar. Había descubierto su vocación.

El término “vocación” (derivada del latín “vocatio”) es un llamado interior, una invitación que alude al encuentro del ser personal con lo que puede llegar a ser. Para encontrar ese camino por el cual se deslizará nuestra vida necesitamos contestar las preguntas fundamentales de la existencia: ¿Para qué existo? ¿Hacia dónde debo ir? ¿Con qué fines? Cuando el hombre descubre su vocación encuentra el sentido último de su existencia, la razón por la cual está en el mundo.  Porque el sentido de la vida humana estriba en realizarse como persona y desarrollarse tanto en lo individual como en lo colectivo.

Sobre esto último Don Miguel de Unamuno señalaba con acierto la importancia de la vocación y sus consecuencias sociales: Este, de la propia vocación, es acaso el más hondo y más grave problema social, el que está en la base de todos ellos. La llamada por antonomasia cuestión social es acaso más que un problema de reparto de riquezas, de productos de trabajo; un problema de reparto de vocaciones, de modos de producir. Que encuentre cada cual, entonces, su verdadero oficio, que sienta el valor religioso de su vocación civil, que trabaje en ella con tanto amor y empeño que se haga insustituible para quienes sirve.

Joaquín Lavado, “Quino”, el creador de Mafalda, con agudos trazos humorísticos describió, en cada uno de sus personajes, la alternativas de la vocación. Los cuatro personajes centrales están en el momento de definir su propia existencia y lo encaran de manera diferente.

Felipito es el eterno indeciso, le asusta la posibilidad de ejercitar la libertad y elegir, no entiende que el tema de las vocaciones tiene que ver con las elecciones firmes. Susanita es la contrafigura de Felipe, cree que el sentido de su existencia es cumplir únicamente el rol biológico, no se toma el trabajo de pensar en ampliar su horizonte y analizar sus posibilidades. Manolito es el materialista utilitario, confunde codicia y avaricia con vocación, todo lo prostituye detrás del insaciable afán de acumular riqueza, el dinero es su único amor.

Finalmente es Mafalda quien está encauzando su vocación:  sueña con ser intérprete en las Naciones Unidas. Su vocación está de acuerdo con su personalidad porque siempre está preocupada por el mundo y tiene un sentido crítico de la vida. Mafalda comienza a crearse a sí misma, partiendo de lo que es y extendiéndose hacia lo que puede ser; analiza sus potencialidades y busca su lugar en el mundo. Un lugar  en el cual podrá realizarse ella y ser útil a los demás.

En la llanura del norte de Francia se eleva la Catedral de Chartres. La leyenda dice que cuando ya estaba construida un rayo la destruyó y vinieron fieles de todas partes, cada uno traía una piedra tallada que iban colocando en el muro y así la reconstruyeron. Por eso los lugareños dicen “La hicimos todos con la ayuda de Dios”  Igmar Bergman, el prestigioso director cinematográfico sueco, tomó esta leyenda para definir su vocación: “Quisiera ser uno de los artistas en la catedral, en el gran llano. Deseo hacer una cabeza de dragón, un ángel, un demonio o tal vez un santo tallado en piedra. No importa cual, lo que cuenta es el sentimiento de satisfacción… yo interpretaría mi parte en la construcción de la catedral”

La vocación es un llamamiento interior a poner, durante la brevedad de la existencia, nuestra piedra en la gran catedral de la humanidad.

*Salvador Dellutri: Pastor, Profesor, Periodista, Conferencista y Escritor de libros como: “El mundo al que predicamos”, “En Primera Persona”, “Las Estaciones de la alegría”, “Hay que matar a Jesús”, “El desafío posmoderno”, “La aventura del pensamiento”, “La Fe y el sentido de la vida”, “Ética y Política”,  “En primera persona” entre otros. Produce dos programas de Radio Transmundial, “Tierra Firme” y “Los Grandes Temas”.

4 comentarios sobre “La vocación

  1. Que difícil y que hermoso es descubrir la razón de nuestra existencia y hacer la vocación utilizando las herramientas que el Señor nos lo dio.

  2. Hallar el verdadero sentido de la vida es el mayor reto del ser humano. No es anhelar ser felices sino construir la felicidad – y esto implica tomar muchos riesgos-. No es anhelar conseguir aquello que los otros anhelan sino ir al interior de uno y plantearse lo que nos menciona: ¿para qué vivo? ¿cuál es mi propósito? ¿cómo este anhelo puede construir mi vida y el entorno en el que me relaciono?

    Gracias por tocar este tema, que usted, muy atinadamente lo va desmenuzando en sus programas, como el de mirar más allá de nuestro ombligo, re-planterase la vida, redimensionar las cosas que me rodean, caminar cada día con equipaje ligero, y poniendo la mirada en la meta suprema que nos da nuestro creador, que no es más que vida plena. Bendiciones

  3. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Si me lo preguntara un policía no sabría qué responder. Desde que tengo uso de razón he querido encontrarle un sentido a mi vida. Quizá me ayudase a descubrirlo alguien que conociera hasta mis secretos más inconfesables. Como por ejemplo un confesor, valga la redundancia, o un psicoanalista, siempe que no me cobre cien oros por una hora de sofá, como las prostitutas. Tal vez lo mejor sea una buena esposa. ¿Y dónde la hallaré? Las que se anuncian en los periódicos no son buenas, y las buenas no se anuncian en los periódicos. ¡Alabado sea el Señor!

  4. Por favor, observe a un niño y observe por ejemplo qué es lo que más le gusta hacer. Le será más fácil encontrar su vocación más adelante cuando ha sido estimulado en aquello que le gusta mucho.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *