“Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados.” FRANCISCO DE QUEVEDOTerence White, autor entre otras obras de una saga sobre el Rey Arturo que comienza con “La Espada en la Piedra”, en el ocaso de su vida escribió “El libro de Merlín”. El título puede llamarnos a confusión, por lo que conviene aclarar que no es una obra dedicada al público infantil; White sitúa al mago Merlín y al rey Arturo más allá del tiempo y juntos echan un vistazo a la sociedad y a la eterna lucha del hombre por la justicia.
Merlín descarnadamente reflexiona: Actualmente la raza humana se divide, desde el punto de vista político, de la siguiente forma: de cada cien hombres hay uno que es sabio, nueve bribones y noventa tontos. Es un cálculo optimista. Los nueve bribones se reúnen bajo el estandarte del más bribón de todos ellos y se convierten en políticos. El sabio se queda a un lado porque sabe que está en una desesperada inferioridad numérica y se dedica a la poesía, las matemáticas o la filosofía. Los noventa tontos, por su parte, avanzan pesadamente tras los estandartes de los nueve bribones que según las modas, los conducen a los laberintos de la superchería, la malicia y la guerra… Con la democracia, los nueve bribones se convierten en diputados; con el fascismo, se hacen líderes del partido; y con el comunismos, comisarios. Lo único que cambia es el nombre. Los tontos seguirán siendo tontos, los bribones seguirán siendo líderes, y siempre se producirá el mismo resultado: la explotación.
White advierte que, bajo cualquier régimen, siempre gobierna una oligarquía. En varios casos, fácilmente detectables, a pesar de las continuas apelaciones a la palabra democracia y el discurso constante contra las oligarquías, existen muchos países manejados por una oligarquía política. Esto no lo admitirán nunca los protagonistas porque va contra sus intereses y, como defensa, tratarán de disimular esa condición utilizando el mote de oligarcas para apostrofar a algún grupo que no se somete a sus criterios.
Es interesante el cambio que se produjo en el Diccionario de la Real Academia en la definición del término “oligarquía”. Mientras que en el pasado se entendía por oligarquía a la “forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social” (vigésimo segunda edición) en la edición más moderna (vigésimo tercera edición) se quita el tema de la clase social para definirla como la “forma de gobierno en la cual el poder es ejercido por un grupo de personas que se aúnan para mantener o aumentar sus privilegios.” Definición que cae como anillo al dedo para muchas corporaciones políticas.
Coincidentemente las ciencias políticas definen a la oligarquía como el gobierno en que el poder supremo está en manos de unas pocas personas; realidad fácilmente comprobable si se analizan los últimos veinticinco años de “democracia”. Hemos visto desfilar las mismas caras, los mismos personajes una y otra vez, con diferentes disfraces, ocupando alternativamente el centro de la escena para repetir los mismos discursos y pronunciar con solemnidad las mismas palabras huecas, pero altisonantes, que engolosinan el oído pero embotan la inteligencia. Para nuestros políticos el único objetivo es alcanzar el poder y, consecuentemente, todo su esfuerzo y preocupación apunta a ganar las próximas elecciones. En esa lucha desenfrenada poco importan, como antaño, las ideas y convicciones; cambian sus camisetas partidarias sin ningún pudor cuando creen que eso les facilitará un ascenso más rápido.
Los mismos legisladores que ayer votaron las privatizaciones, adhirieron al capitalismo y vivaron el libre mercado, son los que hoy, sin siquiera sonrojarse, levantan la mano a favor de la estatización. Se llenan la boca hablando de democracia, la exaltan como los hinduistas lo hacen con las vacas sagradas, pero en las internas partidarias, para determinar la fórmula de candidatos a la presidencia, no utilizan procesos democráticos: todo se negocia dentro de una pequeña cofradía y se presenta cocinado a la ciudadanía. En esta era, llamada democrática, no hemos podido eliminar las listas sábanas, siempre encabezadas por algún nombre todavía “presentable” seguido de una caterva de impresentables que, huérfanos de ideas y capacidad, actuarán en el Congreso como “levanta manos”.
Esta oligarquía política gobernante, a la manera de los antiguos señores feudales, se muestran magnánima con la creciente masa de pobres, otorgándoles periódicamente dádivas para ganar su voluntad. Lo que es un derecho lo transforman en una favor que debe ser agradecido con la sumisión; así es como hicieron crecer desmesuradamente el asistencialismo. Este perverso proceso de destrucción de la cultura del trabajo es funcional a la oligarquía política. El trabajo (creación de Dios) dignifica a la persona, la valoriza ante sí misma y ante la sociedad, la hace consciente de sus derechos; el asistencialismo la desvaloriza, convierte al hombre en mendicante, lo esclaviza al gobernante de turno, lo somete a los caprichos de la oligarquía política, lo transforma en un rehén de la corporación.
Pero las oligarquías se sostienen porque, como dice White, hay una masa de tontos a los que manejan con frases hechas, consignas huecas y fanatismos ciegos. Tontos que a veces parecen reaccionar, tomar conciencia de su dependencia, y entonces gritan la consigna “que se vayan todos”; pero luego, pasada la momentánea exaltación, vuelven a la sumisión. Tontos a los que les hacen creer que eligen y gobiernan, cuando en realidad son digitados y gobernados. Tontos que creen que están representados, cuando en realidad sus “representantes” se representan a sí mismos y al poder de turno.
La oligarquía política de muchos países se maneja hoy como si fuera una compañía teatral: en el escenario crean al personaje, vuelcan los enconos, simulan los enfrentamientos, declaman sus ideales. Pero la verdad está entre bambalinas donde se negocian privilegios, se intercambian espacios de poder y se compran voluntades. Todos forman una cofradía que defiende sus derechos de clase. Eso les permite a muchos de ellos amasar increíbles fortunas y vivir en forma versallesca mientras una gran masa se va empobreciendo.
Como dice White: Los tontos seguirán siendo tontos, los bribones seguirán siendo líderes, y siempre se producirá el mismo resultado: la explotación.
Sin embargo, al juez del universo no se le escapa toda esta corrupción, y a su debido tiempo establecerá su gobierno de justicia infinita. El profeta Isaías anunciaba: “He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo dominará; he aquí que su recompensa viene con él y su paga delante de su rostro” (Is. 40:11).
Salvador Dellutri




8 Comments
«Pero las oligarquías (politicas) se sostienen porque, como dice White, hay una masa de tontos a los que manejan con frases hechas».
Efectivamente, soy uno de esos estùpidos, y en las ùltimas elecciones me sorprendì a mi mismo con una gran motivaciòn republicana. Le confieso que hay «frases hechas», carente de todo sentido, sin duda alguna, que a los efectos de mi escaza capacidad intelectual, suenan en mis oidos como el canto de las sirenas de la Odisea. Frases tales como: Distribuciòn del ingreso, mayor participacion en la renta nacional de las clases bajas, union entre los paises perifericos, reestatizacion del sistema jubilatorio ( y en consecuencia la movilidad jubilatoria, dos aumentos anuales por ley) Concepciòn de el Estado en tanto igualador de oportunidades y regulador en la economia, renovaciòn de la Corte Suprema de Justicia, Derogaciòn de Leyes del Punto Final y Obediencia debida, investigaciòn de crimenes de lesa humanidad como politica de Estado, reduccion de mortalidad infantil y deserciòn escolar por politicas tales como la AUH, reduccion de pobreza como consecuencia de un proceso de reindustrializaciòn, trabas a las importaciones, protecciòn de Mercado interno, destinar parte considerable del PBI a la educacion ( 6,47 %, cuando hace algunos años se usaba apenas el 2 %), incorporaciòn de elecciones primarias a los efectos del fortalecimiento de las instituciones. Rechazo de tratado de libre comercio con el imperio. Desendeudamiento con el FMI, y algunas frases mas que se repiten sin ningun significado. Es evidente que nuestra democracia tiene muchos puntos debiles, sim embargo, despues de años de Dictaduras, donde no solo la participacion popular fue nula, sino que la poblacion fue sometida a las peores vejaciones de nuestra historia, donde nuestro pais fue diezmado. Donde los derechos de los trabajadores desaparecieron junto a muchos de ellos. o cuando el sector financiero tiro gobiernos electos democràticamente con la superhinflacion, o los capitales transnacionales eran los verdaderos soberanos de nuestro paìs. Creo que mirando un poco ese pasado, no tan lejano, encuentro la explicacion de mi entusiasmo. Entusiasmo de un presente imperfecto, pero que tenemos la certeza de estar construyendo entre todos, desde la participacion y hasta el compromiso. De manera que su articulo me parecio insultante y hasta anacrònico. Como gran parte de las opiniones de sectores tan ligados a la «religiòn» como el suyo, que entiendo, no pueden sino ser de los mas reaccionarios. Tambien existen corporaciones y oligarquias eclesiasticas que participaron activamente de los peores crimenes de la historia mundial pero que sin embargo estàn ajenas a sus agudas reflexiones. De todos modos estas son consideraciones de uno de los estupidos que usted describio minuciosamente, y cuya opinion es intrancendente.
Me alegro por los reaccionarios que levantan su voz para que pueda ser oída por todas las personas. Me viene a la mente Martin Luther King Jr. o Mahatma Gandhi que reaccionaron ante el dominio oligárquico. Quiénes también vivieron profundamente su fe religiosa y que tanto bien hicieron a los que hoy cosechan su siembra. Me alegro aun más, porque fueron de los sabios que en vez de hacerse a un lado abrumándose de la inferioridad numérica como describe White, reaccionaron, resistieron y combatieron la injusticia hasta dar su vida y derramar su sangre por ello. Sufrieron en mano de los brabucones que defendían sus intereses de poder sobre la gente.
Sigue habiendo injusticia? Claro! La habrá cada vez más! Pero por lo menos hubieron reaccionarios que hicieron la diferencia para mucha gente.
Tengo que ser honesto y decir que en muchas oportunidades he escuchado y leído, de parte de las personas que hablan y escriben en este espacio, que las más grandes injusticias, atrocidades y crímenes en la Historia de la Humanidad, vinieron del brazo de distintas religiones y sus respectivos fanáticos. Nunca ha quedado ausente este tema tan grave. Estoy totalmente de acuerdo que la tiranía eclesiástica ha realizados inmensos horrores. Lamentablemente, en la actualidad sigue en la misma línea y, lo que es peor, continuará así.
Entiendo de que el artículo está enfocado hacía el poder oligárquico en las democracias políticas en toda la Latinoamérica y otras partes del Mundo, no tanto en el eclesiástico. Considero que es un pequeño artículo que no pretende ser abarcativo en otras áreas.
Pienso que también es justo hacer una mención, ya que si bien los peores sucesos vinieron de parte de la religión, también los mejores hechos de amor y renuncia a favor del prójimo, fueron realizados desde la religión, por hombres y mujeres que vivían profundamente su fe. Han surgido a lo largo del tiempo innumerables organizaciones, instituciones y asociaciones, formados por hombres y mujeres dedicados a la ayuda y al combate de la injusticia. Como también personas e individuos que salieron del anonimato para marcar un camino.
Nota: En el primer comentario se utiliza la palabra reaccionario en tanto linea ideologica mas conservadora, que se opone, entre otras cosas, a los movimientos populares de America latina. Ideologia que encuentra su expresion mas cabal en el Tea party de los EEUU. Por ej.
No creo que sea un justo concepto para los responsables de este espacio. Ya que en varias oportunidades se ha defendido los movimientos populares en Latinoamérica y otros lugares. Recuerdo por ejemplo, el programa acerca del Mayo Francés.
Tampoco creo que el artículo intente el decir negar la democracia, sino más bien hacer una descripción y lectura, de cómo la estamos viviendo en muchos lugares del Continente.
Muchas gracias a Cristian y Hernán por sus comentarios respecto a estos temas.
Es interesante que este artículo de la oligarquía política ya tiene varios años de escrito y publicado, pero si sigue produciendo este tipo de comentarios quiere decir que la discusión del tema sigue vigente. Este tipo de reacción por un artículo de hace varios años me sorprende.
Todas las críticas y comentarios que nos realiza Cristian demuestran que desconoce toda la producción de programas y artículos que ya tienen más de 10 años y en los cuales hemos abordado todos esos temas que nos señala al final de su mensaje en forma reiterada. En este mismo sitio, si urgas en el archivo de programas encontrarás que ha sido así y que el enfoque de este espacio nunca ha sido alineado tras una línea política o ideológica, sino que todos han sido analizados desde la cosmovisión cristiana sin importar su procedencia y origen. Hemos en este sentido analizado y criticado a las tendencias religiosas que tu mencionas, hemos hecho programas respecto al fortalecimiento de las democracias en Latinoamérica… en fin, te invito a que vayas a la sección de programas anteriores y artículos y puedas ver por tí mismo eso.
De cualquier manera, agradecemos tus comentarios, que no dudo son bienintencionados, para multiplicar la discusión y la búsqueda de soluciones para realidades como esta que ya han sido descriptas desde hace mucho tiempo por diversos analistas. Te menciono por ejemplo, la famosa ley de hierro de la oligarquía, desarrollada por el Sociólogo Robert Michels y que luego de realizar muchos estudios llegó a conclusiones que incluyen las más variadas modalidades y tipos organizativos como los políticos, religiosos y muchos otros. Verás en su lectura que este artículo de Salvador, no es una improvisación, sino una tendencia organizativa latente muy presente y a la cual le prestamos atención en varios de nuestros programas.
Pido disculpas porque las ùltimas lineas de mis comentarios fueron verdaderamente desafortunadas, y es cierto que no soy gran lector de este foro.
Ahora bien, en nuestro paìs vivimos recientemente el ejercicio de la democracia directa., la teoria del rizoma deleuziano: «Rizoma: figura tomada de la botanica. Es un conjunto de tallos subterraneos que se ramifican en todas las direcciones haciendo que no resulte posible determinar el centro, el origen. En los tuberculos rizomaticos -como el del lirio- no hay jerarquìa, cualquier punto puede conectarce con cualquier otro; esa caracteristica los distingue del esquema arborescente, donde cualquier punto remite a la raiz y se ramifica mediante estructuras duales que crecen verticalmente. Deleuze y Guattari piensan que la politica debe pensarse como un rizoma. Asì el arte, la filosofia, la ciencia y las luchas sociales se conectarian unas con otras de manera horizontal, sin que ninguna se imponga a la otra.
El asunto es ingenioso, apunta a la pluralidad democratica. Pero creo que fue una teoria desatinada porque vemos que la dialectica del grupo ( al ejercer su propia representaciòn, negando el sufragio.) siempre termina por cosificarse. y , en consecuencia, finalmente se burocratiza. Sobre todo en un paìs con 40 millones de habitantes.
Es interesante repasar el concepto del Leviatàn de Hobbes: Para Hobbes los hombres, pese a ser «lobos» entre ellos, manifiestan ante el Estado un primer movimiento de generosidad. Esa generosidad les es necesaria a todos para salvarse. De lo contrario seguiremos matàndonos en esta guerra de todos contra todos que, en tanto lobos que somos por naturaleza no podemos abandonar. Para Hobbes el Estado surge como garantia del orden y transforma a los lobos en ciudadanos.
«… Por tanto, todas las consecuencias que se derivan de los tiempos de guerra, en los que cada hombre es enemigo de cada hombre, se derivan tambièn de un tiempo en que los hombres viven sin otra seguridad que no sea la que les procura su propia fuerza y habilidad para conseguirla (…) Y, lo peor de todo hay un constante miedo y un constante peligro de perecer con muerte violenta. Y la vida de un hombre es solitaria, pobre , desagradable, brutal y corta..» ( Thomas Hobbes- Leviatàn, o la materia, forma y poder de un estado eclesiàstico y civil). y agrega «.. Las pasiones que inclinan a los hombres a buscar la paz son el miedo a la muerte, el deseo de obtener las cosas necesarias para vivir còmodamente, y la esperanza de que, con su trabajo, puedan conseguirlas..»
Y para ir terminando una ultima cita de Hobbes, ( perdòn, pero se me fue demasiado largo el mensaje) «… La causa final, propòsito o designio que hace que los hombres – los cuales aman por naturaleza la libertad y el dominio sobre los demas- se impongan a si mismos restricciones de las que vemos que estàn rodeados cuando viven en Estados, es el procurar su propia conservaciòn. y consecuentemente, una vida mas grata…»
Pido nuevamente disculpas por mi primer comentario por que fue, sin duda, injusto, sin embargo, sostengo gran parte de lo que dice, sobre todo al principio.
En fin, la idea era contribuir con otro punto de vista.
Estimados amigos:
Felicitaciones por los artículos, en realidad, nos permiten tener una idea clara de lo que vive nuestra sociedad a la luz de la Palabra De Dios, y así brindar argumentos más consistentes a los que preguntan sobre nuestra fe en Jesucristo.
Sólo una pequeña pregunta sobre este artículo de la Oligarquía, en la primera fila se menciona a Francisco de Quevedo unida esta palabra a Terence White, ¿es un error de edición o se suprimió algún texto en la edición? Por favor su ayuda. Muchas gracias.