Justicia por mano propia

justicia1Por: Salvador Dellutri*

La indeseable oleada de linchamientos es el síntoma final de una profunda crisis de la justicia. Mi país (Argentina) estuvo sufriendo durante la última década un crecimiento desmedido de la violencia y la inseguridad sin que se tomaran las medidas necesarias para detenerlas. Mientras la gente común sufría la escalada de violencia los encargados de asegurar el orden criticaban a los medios por difundirlos, hablaban de “sensación de inseguridad”, los delincuentes no recibían sanción y la justicia se relajaba. Los lamentables resultados están a la vista. La actitud de quienes toman justicia por mano propia de ninguna manera puede justificarse porque ellos mismos queriendo hacer justicia se transforman en delincuentes.

La Biblia enseña claramente cuál es la función y responsabilidad de las autoridades. El Apóstol Pablo escribe a los Romanos: … los gobernantes no están para causar miedo a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo. ¿Quieres vivir sin miedo a la autoridad? Pues pórtate bien, y la autoridad te aprobará,  porque está al servicio de Dios para tu bien. Pero si te portas mal, entonces sí debes tener miedo; porque no en vano la autoridad lleva la espada, ya que está al servicio de Dios para dar su merecido al que hace lo malo. Por lo tanto, es preciso someterse a las autoridades, no sólo para evitar el castigo, sino como un deber de conciencia.  También por esta razón ustedes pagan impuestos; porque las autoridades están al servicio de Dios, y a eso se dedican. (Romanos 13.3-4)

La comunidad se organiza otorgando el monopolio de la fuerza al Estado para que este lo defienda manteniendo el orden. Al hacerlo está renunciando a ejercer su propia defensa y se compromete a pagar impuestos para que garanticen su seguridad. Cuando el Estado no cumple con su función comienza a crecer el malestar social, y al continuar la indiferencia por parte de la justicia y las fuerzas de seguridad el ciudadano se siente con derecho a romper el pacto social y salir a ejercer justicia por mano propia. Por lo tanto las olas de linchamientos siempre se producen cuando las autoridades responsables de garantizar la seguridad no cumplen con su deber.

Pero las masas desenfrenadas no son aptas para ejecutar justicia porque guiadas por las pasiones desbordadas caen en excesos peligrosos. Recordemos que la ley de talión establecida en la ley de Moisés sentenciaba “ojo por ojo y diente por diente” usando una metáfora no siempre bien interpretada. Lejos de ser una forma de venganza, quería significar que el castigo debía estar en proporción al delito cometido; esta ley constituía un freno para los desbordes que transforman la justicia en venganza.

Cuando se parte del error de creer que el hombre es bueno y las culpas la tienen la sociedad el delito comienza a crecer porque el delincuente se siente protegido. Deja de existir la responsabilidad personal, aumenta la delincuencia, crece la impunidad, se debilita la justicia y finalmente llegamos a los extremos que estamos viendo. Salomón sentenciaba: … al no ejecutarse en seguida la sentencia para castigar la maldad, se provoca que el hombre sólo piense en hacer lo malo. (Eclesiastés 8.11)

Cada uno de nosotros tiene que asumir la responsabilidad de sus propios actos y las autoridades son responsables de regular el equilibrio social manteniendo la justicia y respetando los derechos individuales. Pero también tienen la responsabilidad de dar ejemplo de honestidad y compromiso con la justicia. Si la corrupción y el latrocinio forman parte estructural del poder y vemos a diarios funcionarios corruptos que son absueltos por jueces venales; cuando quienes son responsables atropellan obscenamente el derecho y pervierten la justicia no debe resultar extraño que se llegue a estos excesos lamentables que son el síntoma de la grave enfermedad social que nos aqueja.

Roguemos a Dios para que haya un regreso a la sensatez, la justicia cumpla independientemente con su labor, los jueces venales sean exonerados, los funcionarios corruptos y los delincuentes sean sancionados y volvamos al orden y la honestidad.

Salvador Dellutri

Abril de 2014

 

 

3 comentarios sobre “Justicia por mano propia

  1. En Perú, mi patria, seguramente que está peor que en Argentina. Unos de los males que tiene que atacar el supremo gobierno peruano es la inseguridad. …puedo imaginar que el Perú es el país mas inseguro que todos los países de la región.
    El fenómeno nuevo es la aparición del sicariato y esta aumentando que parece incontenible, y esto se debe por ser Perú, el el primer productor de coca y de donde se deriva el narcotráfico.

  2. gracias por aclararnos a nuestras mentes lo que muchas veces no podemos expresar con claridad ,para poder mantener firmes los valores que cada dia sutilmente nos quieren sacar haciendonos pensar que debemos abandonarlos,debido a que no se puede erradicar la corrupcion

  3. Excelente Dellutri!!! , como siempre…
    Una clarísima descripción de la lamentable realidad que vive el querido País vecino.

    Como él dice:
    «Roguemos a Dios para que haya un regreso a la sensatez, la justicia cumpla independientemente con su labor, los jueces venales sean exonerados, los funcionarios corruptos y los delincuentes sean sancionados y volvamos al orden y la honestidad.»
    Gracias!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *