Gracias… ¿a la vida?

violeta-parraPor: Salvador Dellutri

La naturaleza cumple sus ciclos ordenadamente y las estaciones se suceden en un orden previsible. Durante el invierno parece que todo hubiese muerto, la vida se va apagando lentamente como derrotada, pero finalmente vuelve a emerger triunfante. En este misterio de la vida estamos todos inmersos porque los seres humanos somos parte de la naturaleza.

Violeta Parra, la cantautora chilena, con mano maestra expresó el sentimiento que despierta este misterio:

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio dos luceros que cuando los abro
Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo.

La melodía de las palabras es fascinante, pero la idea central es muy confusa porque Violeta Parra agradece a la vida por los dones de la vida. ¿Qué la llevó a escribir éste poema? La artista está exultante ante la fascinación que producen los sentidos percibiendo, el deslumbramiento de la belleza del universo, la posibilidad de establecer puentes con los sentimientos. La alegría y satisfacción de ser parte del universo convierte el sentimiento en música y palabras porque quiere tributar el agradecimiento por lo que reconoce como dones inmerecidos. Pero no sabe a quién agradecer y entonces agradece a la vida por la vida.

Las maravillas de la naturaleza siempre despiertan admiración. El turista que llega por primera vez a las cataratas del Iguazú, el astrónomo que penetra con su telescopio la grandeza del cosmos, el biólogo que mira por el microscopio la complejidad de la célula o la madre que abraza a su hijo recién nacido tienen un sentimiento en común, están deslumbrados ante el prodigio de la vida que supera los alcances de su comprensión.

David dice en uno de sus salmos que los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento denuncia la obra de sus manos. Esta contemplación abre un interrogante existencial que hace tres mil años lo expresaba diciendo: Cuando veo los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre? Es evidente que David tenía muy claro las preguntas que despierta la vida, pero sabía que el diálogo tenía un interlocutor que no era la vida misma, sino el Creador de la Vida. El deslumbramiento del antiguo rey y de Violeta Parra es idéntico, la resolución es diferente.

Alguien señaló que la confusión más grande que tiene un ateo se produce cuando percibe la grandeza de la naturaleza y no saber a quien agradecer. La poetisa chilena la resolvió dando gracias a la vida por la vida pero esto tuvo consecuencias, porque a los cincuenta años puso fin a su existencia de un disparo en Carpa de la Reina. Paradójicamente aquel 5 de febrero de 1967 terminó abruptamente un imaginario diálogo con la vida negándose a continuar viviendo. Su madre, desconsolada, preguntó ¿Por qué lo hizo? Violeta era una mujer tan valiente. La respuesta se la había dado días antes al periodista Tito Mund cuando le dijo: Me falta algo, no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo encontraré jamás.

Eso que le faltaba era el interlocutor viviente que estaba muy cerca, frente a ella. El testimonio de su presencia era el milagro de esa creación que la conmovía hasta despertar su propio impulso creador. Si hubiera solamente cambiado la preposición y en vez de decir “Gracias a la vida” hubiera dicho “Gracias por la vida” otro hubiera sido su destino. Pero no supo verlo o no quiso verlo y cayó en un pozo de desesperación.

La perfección de la creación es un enigma colocado por Dios para que lo descubramos, es un interrogante que nos lleva hasta el eterno interlocutor. Verlo a tiempo y poder agradecerle es encontrar la paz espiritual que permite gozar de los dones sabiendo quien es el dador.

5 comentarios sobre “Gracias… ¿a la vida?

  1. ¡Exacto! ¡Exactísimo el artículo!¡Brillante! Por fin alguien dice lo que debe decirse ante ese poema. Fue siempre mi reflexión: «Gracias a la vida» y te suicidas?! Debió decir «Gracias a Dios por la vida que tengo, que me ha dado, no importa como ella sea». ¡Felicito a Salvador una vez más!

  2. Todo don perfecto, proviene de Dios… todo lo hermoso, lo bello, lo deslumbrante, aún lo doloroso, con un propósito; todo regalo a los días de nuestra existencia proviene de Dios, porque nada sucede bajo el sol que no traiga consigo la cooperación para nuestro bienestar, así lo tenía presente el apóstol Pablo. ¡Dios lo siga bendiciendo Ps. Salvador D.!

  3. en realidad no se puede hacer una crítica de la poesía porque no se puede esta tomar como literal.
    Pero si reconocemos que Dios es un Dios de vida, al agradecer a la vida le agradecemos al Señor

  4. Me parece que un poeta no escribe lo que no siente o cree, y muchas veces los poetas y los intelectuales, no le dan su lugar a Dios. muchas gracias pastor por esta excelente reflexión. Dios le siga bendiciendo.

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