Con ojos de niño


La mirada de un niño sobre la fe

Por: Salvador Dellutri*

Estimado Director:

Su generosidad me invita nuevamente a escribir en su revista, ahora sobre la fe. Y quiero decirle que es imposible que aborde ese tema. Con el asunto de la fe tengo un “trauma” y como me llevo mal con Freud estoy tratando de resolverlo solo. Es de no creer, pero justo cuando lo creía superado me llega su pedido. Usted se preguntará: ¿Cómo será un trauma de fe? Se lo cuento, usted saca conclusiones y yo sigo pensando.

Era un mes de julio al que se le dio por hacer calor, y la sequía resquebrajaba la tierra de mi jardín. El pasto se volvía amarillo y hasta las hojas de los árboles perennes se achicharraban. Habíamos guardado la manguera hasta la próxima primavera, pero esa tarde decidimos usarla, y Celia, mi esposa, se disponía a regar. Ariel, nuestro hijo mayor, que tenía cinco años, se adelantó a preguntar:

—¿Qué van a hacer?

—Vamos a regar. ¿No te dijimos anoche que la falta de lluvia está haciendo secar las llantas?, le contestó mi esposa.

—No riegues —respondió seguro—: va a llover.

—¿Cómo sabés que va a llover?

—Yo oré para que lloviera y va a llover.

Me quedé helado, pero con mucho sigilo fui a buscar el diario de la tarde: “Caluroso y seco”. Por ningún lado se hablaba de lluvias.

—Mirá Ariel, puede ser que el Señor no haga llover hoy, le expliqué.

Y me replicó: Pero yo se lo pedí.

—Es que él no siempre contesta que sí.

—Pero nosotros “necesitamos” que llueva.

—Pero… Pero vos me dijiste que todo lo que pedimos…

—Sí, pero en griego, pedir en el nombre del Señor significa…

Pero era inútil, ya no me podía seguir. ¿Quién me mandaba a mí ser tan simplista en las afirmaciones? ¡Ahora estaba empantanado! Cómo explicarle que la soberanía de Dios y la voluntad humana no corren paralelas… ¿Cómo decirle que Dios no está para cumplir nuestros caprichos…? Que Dios no tiene por qué hacer llover si tenemos la manguera y el agua. ¡Allí estaba la solución! Volví a la carga.

—Mirá Ariel, Dios nos dio la manguera y el agua, que son una bendición.

—Pero no las vamos a usar, porque va a llover.

¡Por qué sería tan obcecado! ¡Por qué justamente tenía que haber orado por eso! ¡Por qué no se entretenía con su osito y su camión en vez de venir a perturbarme la teología y mi vocación de padre-docente!

Y lo peor es que no iba a llover, y mañana, la desilusión. ¿Cómo explicarle por qué no había llovido? ¿Cómo preservar esa fe incipiente que había pedido lluvia justo cuando el pronóstico decía caluroso y seco?

Allí estábamos los tres. Yo argumentando teológicamente la relación entre la fe con ciencia y la fe sin ciencia. Celia mirando desolada cómo se secaban sus plantas. Y él impávido, jugando y esperando una lluvia que no iba a llegar.

A la noche abrí las ventanas para que entrara un poco de brisa y me preparé para dormir. Ariel oraba con su mamá. ¿Qué nuevo problema me traería ahora con sus oraciones?

Estaba seguro que reiteraría su pedido de lluvia.

¡Ah no! Antes que se durmiera iba a intentar otra vez. Una lección de teología a nivel de jardín de infantes. ¿Por qué no? Esto no se lo había imaginado ni el mismísimo Calvino. Pero… quién le hacía entender de la soberanía de Dios, de la preposición griega, de la importancia de la oración no contestada. Me fui a dormir vencido…

A las cuatro de la mañana me zamarreaban. Era Celia.

—Despertate y cerrá la ventana que se levantó viento.

Me levanté y cerré las ventanas. A los cinco minutos, el aguacero.

Cuando Ariel se levantó a la mañana fue derecho al jardín. Miró con tranquilidad como verificando una reacción esperada, y al sentarse a la mesa del desayuno dijo:

—¿Viste que llovió?

Usted saque conclusiones. Yo todavía lo estoy pensando. No sé bien si esto de la fe es mucho más complicado de lo que yo pensaba, o mucho menos complicado. Vaya uno a saber.

Por eso, señor Director, le agradezco mucho, pero el articulo sobre la fe, por ahora, no lo puedo escribir.

Con mucho afecto.

Salvador

*Salvador Dellutri: Pastor, Profesor, Periodista, Conferencista y Escritor de libros como: “El mundo al que predicamos”, “En Primera Persona”, “Las Estaciones de la alegría”, “Hay que matar a Jesús”, “El desafío posmoderno”, “La aventura del pensamiento”, “La Fe y el sentido de la vida”, “Ética y Política”,  “En primera persona” entre otros. Produce dos programas de Radio Trans Mundial, “Tierra Firme” y “Los Grandes Temas”.

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